LA SEÑORA DE LA ESTACION DEL FERROCARRIL.
En la colonia Guerrero hay una leyenda muy famosa, la cual proviene de mucho tiempo atras, cuando la estacion de trenes Buenavista aun estaba en funcionamiento. Varias son las personas que aseguran haber sido testigos presenciales del sobrenatural acontecimiento.
Segun la historia, los acontecimientos tuvieron lugar en la decada de los 60 y los 70, cuando en la estacion habia gran movimiento, a casi cualquier hora se podia escuchar el sonido caracteristico de las locomotoras, mientras que en los andenes y las inmediaciones se podia ver gente que llegaba o salia de la ciudad.
Pues bien, como es natural, algunas trenes trenes llegaban ya caida la noche, a veces muy tarde, cuando era ya imposible hacerse de un transporte para trasladarse a otro punto de la ciudad. En esos casos muchos pasajeros recurrian a dormir dentro de la estacion o en sus inmediaciones. Durante las noches mas activas no era raro a gente durmiendo en los pasillo, que aunque solitarios eran seguros y brindaban la tranquilidad necesaria para conciliar el sueño.
Se dice que en algunas de esas noches se podía ver en dichos pasillos a una Señora vestida con gran clase, que portaba un atuendo completamente negro, el cual completaba con un lujoso sombrero que cubría con una sombra todo su rostro. Pues bien, se asegura que dicha Señora se sentaba al lado de algún pasajero que estuviera solo e incluso despierto. Ella comenzaba a hacerles la platica, casi siempre de temas diversos o sobre el lugar de origen de quienes llegaban de otros estados. Así pasaban un rato conversando, después ella les daba un consejo o les decía "Tu pariente, fulano ( ya muerto ), te manda un saludo o tal recado", y aprovechando la conmoción de la persona partía repentinamente.
Algunos dicen que aunque trataban de alcanzarla nunca lo conseguían, pues al parecer ella flotaba en el aire y cualquier esfuerzo por acercarsele era en vano. Otros afirman que lograban alcanzarla poco antes de salir de la estación, y que cuando ella volteaba la luz de la luna trspasaba su velo dejando al descubierto un rostro descarnado, es decir una calavera humana.
